Restaurante
En nuestro restaurante ofrecemos una cocina basada en platos tradicionales asturianos, con un toque de innovación. Encontrará una amplia carta en la que destacan los tortos de maíz, la fabada, las carnes a la piedra, el bacalao y nuestros postres caseros. Puede elegir entre degustar una tapas o una comida o cena formal en un ambiente diferente. Y además, somos especialistas en asados a la estaca. No dude en reservar para probar nuestro cordero, o el auténtico pitu de caleya.
También tenemos bodega propia de sidra y otros derivados de la manzana (sangría de sidra, sidra dulce, licores de sidra...).
Espichas
Dispone de dos salones para celebrar la tradicional espicha asturiana que consiste en la degustación de unos platos típicos, elaborados en la propia cocina del Llagar y acompañados de unos culines de sidra, espichados del tonel.
Bodas
Con unas instalaciones modernas y situado en un entorno privilegiado, el Llagar Bernueces es el lugar indicado para la celebración de todo tipo de eventos y banquetes, tanto por capacidad, como por servicio y experiencia. Sorprenda a sus invitados con un convite diferente, a base de lo mejor de nuestra tradición gastronómica, donde podrán disfrutar, además, de un delicioso aperitivo en nuestros amplios jardines mientras se recrean con unas magníficas vistas del Monte de Deva.
El llagar cuenta con dos salones ambientados con motivos de arquitectura tradicional, que pueden ser preparados para boda-espicha o para bodas de mesa y mantel.
El primero de ellos tiene capacidad para acoger un máximo de 100 comensales en espicha y 45 sentados; mientras que en el segundo, más amplio, pueden celebrarse bodas hasta los 300 comensales.
El Llagar
El Llagar Bernueces, antiguamente llamado Llagar el Chato, es uno de los llagares más antiguos de Asturias. D.José Menéndez apodado El Chato, dedicado a la plantación de manzana de sidra decide dar salida a su producción y en 1881 invierte en la creación del lagar. En 1940 el yerno de este se hace cargo del negocio siguiendo las tradiciones aprendidas de El Chato. Casi cuando se van a cumplir los cien años de la bodega, se deja de comercializar la sidra y se produce solo para consumo familiar.